Hasta hace poco pensaba que la memoria pertenecía a mi pasado. Después pensé que la memoria podía abarcar mi pasado y mi futuro, como si incluyera recuerdos y premoniciones.
Ahora creo que la memoria no pertenece al tiempo, ni me pertenece a mí. La memoria es algo que vivo y algo que me vive.
Realidad e imaginación, vivencias y deseos, todo se funde en una realidad imaginada y en una fantasía vivida, donde nada es totalmente cierto y nada es totalmente mentira.
“…en su dibujo bellísimo,
en su sola verdad de cuerpo advenido;
oh dulce realidad que yo aprieto, con mi mano, que por
una manifestada suavidad se desliza”
Vicente Aleixandre (España, 1898 – 1984)
Tomo su amable gesto
con la humildad y sutileza
que antaño las damas
dejaban caer el pañuelo
para que un probo varón
tuviera la ocasión
de demostrar su cortesía
y estima al recogerlo.
Y así, bien dispuesto,
imagino disponerme
a tomar y agitar
tan íntima prenda,
cautiva del aroma
que agradable emana
de vuestro cuerpo,
para depositarla
con sana admiración
en vuestra grácil mano.
Y aprovecho
tan propicia oportunidad
para recoger vuestros dedos
en las yemas de los míos
y con una solemne inclinación
atreverme a dejar
en la delicadeza de vuestra mano
un casto y templado beso.
Las miradas
oportunamente se cruzan,
se hablan y se dicen
lo que ya apuntan los gestos…
Las miradas…
dulcemente abrazadas,
eternamente suspendidas
en ese concreto momento…
“Llevan una rosa en el pecho los enamorados y suelen besarse
entre un rumor de girasoles y hélices.
(…)
Estaré enamorado hasta la muerte y temblarán mis manos al
coger tus manos y temblará mi voz cuando te acerques
y te miraré a los ojos como si llorara”
De “Llevan una rosa en el pecho los enamorados y suelen besarse...”
Pere Gimferrer Torrens (España, 1945 - …)
Si a mí vienes,
llega siendo quien eres,
―no más, no menos…―
Transparentando tu amor,
totalmente desnuda
en cuerpo y alma,
con tu cuerpo de mujer
ansiando ser transitado
con mis manos
y besada por mis labios.
Si a ti voy,
llegaré libre de preocupaciones,
solo dejándome llevar
por el puro placer
de vivirte y amarte,
en tus extremos,
palpitando de pasión.
Si vienes a mí,
reposa en mi pecho
y anida en mi alma,
compartiendo el fuego y el agua,
volcán y manantial
que mana de nuestro interior.
Y siendo tu esencia
eterna primavera,
―siempre florida, siempre serena…―
seamos pura inocencia
y retoñemos como niños,
ilusionados y soñadores,
en cada gesto de amor.